Reviviendo un Commodore 64
Nos encontramos con un C64 en muy buen estado, que al encenderlo nos muestra a veces una pantalla negra, a veces una pantalla azul sin borde e incluso otras veces llega a mostrar una pantalla completamente naranja o rosa.
Al desmontarlo lo primero que hacemos es deshacernos del cartón que cubre la placa. Si ya los C64 se caracterizan por calentarse demasiado y disipar mal este calor, este cartón no hace mas que empeorar las cosas. Al fuego con él.
Las diversas páginas sobre diagnóstico de averías del C64 apuntan enseguida a un posible culpable: la PLA. Este chip suele ser el primero en fallar, al trabajar a una temperatura mayor que el resto, y es el causante de un buen porcentaje de averías en estas máquinas, con síntomas variados entre los que se incluyen los que observamos ahora. Además, comprobamos que a los pocos segundos de conectar el aparato la PLA se pone tan caliente que no se puede aguantar el dedo encima mas de uno o dos segundos, señal de que internamente el chip puede estar en corto y es necesario reemplazarlo.
Nos armamos de soldador, estaño, bomba para desoldar (el clásico «chupón») y flux líquido, y con mucha paciencia vamos retirando el estaño de cada una de las 28 patas del chip hasta sacarlo por compelto.
Limpiamos la zona con spray limpiacontactos y la inspeccionamos por si nos hemos llevado por delante alguna pista. Si iluminamos la placa por el lado contrario con una linterna, podemos detectar enseguida cualquier corte en las pistas.
Como no parece que hayamos metido la pata, seguimos con una de las reglas de oro de las reparaciones: colocar un zócalo después de desoldar un chip. Esto nos evitará tener que volver a pasar por este trance si en un futuro es necesario volver a reemplazar este componente.
Para llenar ese zócalo tenemos varias opciones, desde utilizar otro chip idéntico de un C64 donante o adquirir alguna de las soluciones mas modernas, como la SuperPLA. En este caso vamos a utilizar una ROM 27C512 ya programada con su adaptador que teníamos rodando por casa de un intento de reparación anterior, y que en principio nos haría la misma función.
Comprobamos que todo está en su sitio (ojo con la orientación de los chips), conectamos alimentación y cable de vídeo, damos corriente y cruzamos los dedos…
Esta vez ha habido suerte y afortunadamente parece que no hay ningún otro fallo en la placa, porque estas máquinas son propensas a fallar después de tantos años y el diagnóstico se puede llegar a hacer extremadamente complicado.
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